05 diciembre 2011

Tu silencioso retorno

El silencio es delicia.
Es delicia cuando las voces se extinguen como te extingues tú
dejándome tu olor a rosa
dejándome así,  hecha un pedazo de carne seca,
mordiendo las sábanas con los dientes
o mordiendo, simplemente mordiendo el aire.
Es delicia el silencio cuando viene de ti,
cuando  callas y no dices nada o dices poco
suaves balbuceos y eres tú nuevamente
y eres todo tú con tus interjecciones
con tus ojos mirando la nada
o mirando, simplemente mirando al cielo
para contar las estrellas
y hundirte, luego, en tu calma
esa calma de tumba que a veces me asusta
y tu olor a café que siempre me espanta,
pero vuelvo aquí y es mi café
es El café servido para una noche en vela escribiendo,
escribiéndote.

Es delicia el silencio cuando huele a ti  el aire,
cuando huele y no huele,
cuando soy yo nuevamente imaginando,
imaginándote,
oliendo tu falso cuello, tu falsa presencia,
cuando es noche, cuando eres tú, cuando somos
tristes y vagas siluetas,
en la inmensidad nocturna.
Cuando somos
suaves voces abrazadas en la niebla.
Es delicia el silencio cuando viene de ti, cuando callas.
Es delicia el silencio, es simplemente delicia cuando te vas y regresas.

2 comentarios:

  1. Debes ser descendiente de Vallejo, aunque me recuerdas a Mistral y Eguren. Sería interesante verte experimentar con lo agramátical. Te seguiré leyendo.
    Bendiciones y un abrazo.

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