28 octubre 2011

Cartas a un joven novelista ( pero no las de MVLL )

Anoche soñé contigo, mi poeta. Soñe tantas cosas, tantas, ah, los sueños son muy tristes mi amado, sí lo son porque terminan y todo es distinto.
Toda mi visión contracorriente de la vida ha cambiado, creo que esos modelos sociales de familias perfectas encajan contigo, no creí jamás poder imaginarme en esas situaciones tan "maritales", mi concepto de vida era más sin reglas ni cosas formales, pero ahora eso no me agrada, será porque no soportaría la idea de que no fueses solo mío, de que esos versos no rimaran con nuestros nombres, de que tu  rítmica no fuese solo para mí. Sí, eso fue.
Tus palabras son tan diáfanas, es que no son para nada forzadas, son la expresión de tu sentir tan poético, muy claro y conciso por eso me ayudaste la otra vez a ver los errores en un arbolito, que yo creía perfecto, mentira, siempre supe que era un hijo  malhecho, pero las palabras salieron de mí  como la espuma que se forma en la tina, cosas así, y lo escribí. Y tú sabías que era imperfecto, me lo dijiste, me ayudaste a encontrarle las fallas a esos eructos mentales que de vez en cuando a un aprendiz se le ocurren, tenías toda la razón, lo corregí al instante. Luego hablamos de nuestros sueños, vaya creo que el grupo de gente que anhela ser escritor o poeta va en aumento. Conversamos también sobre los límites que nuestros padres nos pusieron en el camino, con sus consejos : "puedes hacer eso después" y blablabla, pero tú y yo sabíamos perfectamente que ellos estaban en lo cierto, totalmente en lo correcto por eso nosotros lo entendimos con resignación; al fin ellos sabían por qué lo decían, la prueba era la siguiente: ni tú ni yo eramos escritores profesionales ni poetas, pero nuestras voces aunque no se oían parecían hablar en el espacio con el viento, recitando versos, tú eres poema puro, porque de tu boca no salen más que frases para el recuerdo, esas que deben aparecer en libros como dichos románticos o qué se yo, en cuentos.
Sabemos perfectamente que , aunque sacrifiquemos unos cuantos años haciendo cosas que no nos llenen el ánimo como nuestras verdaderas pasiones, podremos convivir con ello sin renunciar a los fines del alma; esos que nos empujan a despertar cada mañana con una gran sonrisa y decir: todo lo que haga hoy, absolutamente todo, será por ti, mi sueño, no dejaré nunca de pensar en ti, porque cada sacrificio y espera por más enojosa que fuese la soportaré para alcanzarte a ti, gracia, y redimiré así a mi consciencia menguada por los sacrificios de mi espiritu. Ahora estas cosas ya no me causan tanta desdicha, porque no solo yo las tolero, te tengo a ti como compañero de prisión imaginaria(colindante, cercana), esa cuyos barrotes no están hechas de acero, ni hierro, solo de convencionalismos propios de sociedades que no aman lo sublime:  pequeñeces que enaltecen el alma de los hombres y que los hacen ser más humanos porque pueden sentir, leyendo, incalculable felicidad o tristeza, saberse como seres que poseen corazón y todo esto, a traves de los sentimientos desnudados por otro, por un poeta.

2 comentarios:

  1. Oh! como siempre opino , yo creo que debes dedicarte a la literatura , cada día escribes mejor , cada texto es mejor que la anterior , empiezo a leer y me pierdo en tus líneas y no importa lo enojada que este en ese momento , al leer tus textos vuelvo a sonreír ! Ver crecer a una gran literata es algo que no tiene precio!

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  2. Vallejo, esto es magnífico, no sabes cuánto extraño el día a día contigo, cuando me llenabas de tus pensamientos, frases, cuentos, etc. y de alguna u otra forma desaparecíamos de la realidad gracias a este tipo de invenciones tuyas.

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