20 setiembre 2011

INTIMITÉ II

No sé qué hice mal, soy conciente de que al principio me atormentó la idea: tener que leer fruslerías entre las líneas de los libros de historia, abrir bien mis ojos antes de que ellos lo hicieran impresionados por la poderosísima función de los jugos gástricos  capaces de devorarse ellos solitos al estómago; al principio. Pero toda esa masa  jugosa y babosa de deberes me la comí luego,y me gustó. Entonces no entiendó el porqué. Creo que si desde el principio del principio la hubiera mirado con el estómago hambriento y no con una lupa selectiva entonces la hubiera  tragado más rápido y sin chistar.
¡Basta! ya  no quiero usar condicionales ni el pretérito pluscuamperfecto en sus infinitas conjugaciones y con infinitos verbos.
Ya no me importa que el Rey Verde no me haya aceptado, que no me quiera porque no soy sabia, lo acepto estoicamente porque sé que él tiene mal definidos los conceptos y porque tarde o temprano terminará queriéndome tanto como yo a él.
Sé que mi existencia que a veces procuro escribir no es por todos bien entendida, pero eso me importa tanto como saber que en breve tendré que bañar a mi gato. Lo siento si fui muy expresiva, es que me exaspera que el Rey Verde sea tan elitista.
Bueno en todo caso hoy hablé en código y en este caso es suficiente saber que ustedes, los amantes del King Green(ingratos, no me han escrito ni una línea, pero los disculpo porque son tímidos(as)),me han entendido.


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