05 octubre 2011

Lindos vicios

Otro sobresalto, es la posesión abstracta de un ente abstracto,sí, tomando el alma y el cuerpo de un determinado ser corpóreo, perforando primero el oído interno y esparciéndose luego por la totalidad del cuerpo, regalándole un placer caótico e insaciable a una boca hambrienta: mover los labios al compás de la obtusa voz salida de las profundidades de tu caverna. Hábito que realizas en tu casa, en la ducha, en el bus, en un taxi, en la biblioteca, en todos lados y cuando te da la gana. Las glándulas suprarrenales liberándo la loca epinefrina, proceso obviamente evidenciado en la salvaje conducta de los músculos que violentos saltan, mientras caminas por las calles con dos filtros auditivos en las orejas, dos potentes parlantes en las orejas, dos benditos audífonos en las orejas; que te hacen creer que todo paso dado es seguro si  tienes a  Eddie Vedder a tu lado, o quizá  a Scott Weiland o Ian Gillan o a Rod, oh sí Rod, mientras los labios continúan realizando su tarea; su cómica tarea;con tu cómica cara.

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