El hombre es un ser social decìa el gran filòsofo griego Aristòteles y es indiscutibe que el hombre no se desarrolla como tal sino en socuiedad. Del tèrmino social deviene la palabra sociable y sociable significa que se tiene la tendencia a relacionarse con los demàs miembros de la sociedad. Pero una cosa es ser sociable y otra muy distinta es ser un socioadicto. Ser un sociodicto significa tener adicciòn por siempre contar con un socio, es decir, alguien con quien se pueda compartir algùn quehacer. El imbècil es un un socio-adicto, èste necesita de la compañìa de la compañìa de otros hasta para hacer cosas que le competen exclusivamente a èl. Còmo decìa un amigo: " El imbècil necesita compañìa hasta para cagar"
(...)el socio-adicto es incapaz de permanecer solo mucho tiempo y mantenerse a gusto. Como lamentablemente para èl, no siempre puede estar en compañìa, los momentos de soledad que tiene que experimentar son los màs desgraciados de su vida. Por eso es que este gregario animal busca compañìa compulsivamene.
(...)Un imbècil en una fiesta es todo un caso; està dispuesto a asistir a ella solo si tiene compañìa asegurada, èl no serìa capaz de vivir esa enriquecedora aventura de asistir a la fiesta completamente solo y tratar de entablar conversaciòn con desconocidos, no, de ninguna manera, èl necesita de un pata, mucho mejor si son varios, que lo guìen u que le presenten a otros...
(...)Como el imbècil es escencialmente un gregario, se comporta como la grey, es decir, el rebaño y por consiguiente, es un seguidor de las ideas de los demàs. El imbècil no tiene opiniòn ni criterio propio, carece de autonomìa de pensamiento. Por lo tanto, està excluido de la posibilidad de ser un lìder ni si quiera de la pandilla de su barrio.
En realidad el imbècil se desplaza por el mundo como se desplaza un paralìtico en silla de ruedas, a todas partes a siempre que exista alguien que le empuje la silla. Obviamente en esas condiciones el hombre està lejos de vivir en bienestar y felicidad. Pero, ¿ por què el imbècil actùa asì?Porque dentro de su familia, si la ha tenido, lo convencieron de que se equivoca siempre, de que sus ideas son las màs "cojudas", de que èl no vale por sì mismo.
En la escuela le enseñaron que el profesor es el que tiene la razòn y que hasta para respirar hay que seguir las reglas convencionales. Los tipos que actùan en contra de las convenciones son tipificados como locos, chiflados; la sociedad intenta marginarlos, pero ellos no se amilanan, siguen con sus ideas y aman la soledad.
Sin embargo no se trata de ser como ellos necesariamente, cada uno encuentra su manera de ser feliz.
Fragmento EL IMBÈCIL (de ALEJANDRO RAMIREZ M. Y ANDRÈS BERROCAL N.)Capìtulo X

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